lanza, jabalinas y azconas

E En el siglo XII la lanza es el arma predominante ya que su coste la hacía mas asequible y no requería un entrenamiento muy exigente para emplearla con peligrosa efectividad.

Hasta el XI, tanto la caballería como la infantería usaron mucho las armas arrojadizas, como las jabalinas y su versión aragonesa, las azconas, muy aguzadas y de astil de unos 2m y que se arrojaban sobre el enemigo. Las azconas tenían una parte de astil metálico por lo que eran usadas para inutilizar los escudos contrarios en los que se clavaban profundamente.

Para el uso de infantería las lanzas alcanzaban los tres metros y para la caballería usaba lanzas un poco más largas, que oscilaban entre 3 y 3,7m, no tan afiladas ya que su ventaja residía en el choque. En este periodo la lanza de caballería inferior a 4m no pesa mucho y el jinete cargaba con el brazo semiflexionado y la lanza apoyada en la cadera. O bien con el brazo en alto intentando estocar. La típica estampa de la lanza bajo el sobaco es algo posterior.

Es frecuente el uso de crucetas y engrosamientos esféricos que impiden que la lanza quede demasiado profundamente clavada.

Veamos algunos ejemplos de lanzas usadas en el siglo XII, válidas para el periodo X-XIII. Muchas de ellas tendrían en el final del asta o fuste un afilado regatón metálico.

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